viernes, 7 de mayo de 2010

Día 4: Leandro y yo

Y hoy, así como si nada, bah así como siempre, apareció Lean.

A Leandro lo conocí hace muchos años, como siete, durante un veraneo en Gesell. Él tenía una banda; tocaba folklore en la peatonal de Gesell todas las noches y a mi él me gustaba bastante.

Un día fui a la función, con mi mejor amiga, completamente decidida a hablarle cuando terminara de tocar. Él tocó, la función terminó, y yo después de mucho esperar a que la gente termine de hablarle y felicitarlo, con mucho miedo me acercaba, me alejaba, me escondía, me arrepentía. Obviamente, considerando lo maricona que soy, ganó mi arrepentimiento y emprendimos, mi amiga y yo, la marcha de vuelta a casa.

Habremos caminado unos diez pasos cuando escucho un chistido. Alguien llamaba... cuando me doy vuelta, veo que era él. No creyendo lo que estaba sucediendo, lo miré inquisidoramente para cerciorarme de que me llamaba a mi. En efecto, me llamaba a mi.

Me acerqué, se acercó y me invitó a tomar algo después de que terminara de guardar todo lo del show. Quedamos en encontrarnos a las dos horas en ese mismo lugar. 

La vuelta a casa fueron siete cuadras diciendole a mi amiga "no lo puedo creer! no lo puedo creer! no lo puedo creer! no lo puedo creer!". 

En fin, salimos esa noche y un par de noches más. No pasó de unos besos y de él estar maravillado por mis rarezas (?). Cuando volví a Buenos Aires yo estaba segura de que lo vería y quería que la cosa continuaría, de hecho (obviamente) yo ya estaba super enganchada. Hasta que entendí que él estaba en otra.

Desde ese entonces lo vi un par de veces más a lo largo de estos siete años. Él nunca se olvidó de mi, y me ha intentado ver en numerosas oportunidades no hace tanto tiempo. La mayoría de veces, la respuesta fue no, dado que no conoce algo que se llama "agenda" ni esa otra cosita que se llama "coordinación". Sus invitaciones siempre fueron de último momento, tipo manotazo de ahogado, y yo así no funciono. Yo me tengo que preparar mentalmente para una salida, no es soplar y hacer botellas.

Creo que uno de los principales motivos por los cuales siempre me recuerda es que casi que no le doy bola. Él, que ahora canta solo con sus músicos, tiene muchas groupies... Asumo que sus groupies quieren tenerlo a él y pueden convertirse en pesadas y, quien sabe, demandantes. En cambio yo, si bien lo estimo y me parece lindo y la mar en coche, jamás lo busqué en todos estos años y él siempre viene solito. No invierto nada en mi vínculo con él porque no creo que pueda tener futuro alguno. Además convengamos que se acuesta con una mina distinta cada fin de semana, y cuando yo le digo que no puedo verlo no tiene más que llamar a la siguiente en su lista.

Ayer, por msn, me conversó bastante, lo cual no es habitual en él. Entre pitos y flautas me preguntó si seguía viviendo en el mismo lugar. Le dije que no, que me había mudado en diciembre a diez cuadras de ese departamento. Me preguntó si seguía viviendo sola... le dije que sí y "oh casualidad!" justo ahi me dijo que pasaría a visitarme. Es así, lo único que puede llegar a haber entre él y yo es sexo. Y si bien todo indicaría que debería agarrar viaje, no tengo ganas de encontrarme con él.

La realidad es que no quiero verlo, por lo que le dije que este finde ya estaba ocupada pero que podíamos arreglar para el que viene. Y el finde que viene tendré que desaparecer de la faz de la tierra. 

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